El reloj marcaba apenas unos minutos cuando la ciudad costera se veía envuelta en el horror: una masacre había tenido lugar en el tranquilo Barrio El Centenario. Sin previo aviso, la vida de los hermanos José y David, junto con la de dos de sus amigos, fue arrebatada por la violencia despiadada de pistoleros sin rostro ni conciencia.
El taller de vehículos, un punto de encuentro común para muchos, se convirtió en el escenario macabro de la tragedia. La calma de la mañana se vio interrumpida por la llegada siniestra de dos individuos a bordo de un vehículo, cuyos disparos resonaron en las calles desiertas. Cuatro vidas se perdieron en un instante, mientras una mujer luchaba por sobrevivir a las heridas infligidas durante el caos.
La fecha, el 13 de mayo, quedará marcada en la memoria colectiva de Manta como un día de luto y horror, un recordatorio sombrío de que la violencia puede irrumpir en nuestras vidas en cualquier momento y en cualquier lugar. Mientras tanto, la comunidad se enfrenta a la dolorosa tarea de encontrar respuestas en medio del desconcierto y la angustia, mientras las autoridades luchan por restaurar un sentido de seguridad en un paisaje marcado por la tragedia.
Ellos otras dos personas que estaban en los exteriores de un taller de vehículos. Llegaron dos hombres al interior de un carro y dispararon contra los hombres. Sucedió a las 11:30 de este 13 de mayo. Cuatro muertos y una mujer. #Manta Leer mas https://t.co/0l9CFHRJcA pic.twitter.com/wcj8iv435e
— solonoticias7w7 (@solonoticias7w7) May 13, 2024
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