En la tranquila noche del miércoles 15 de mayo, Manta se vio estremecida por un estallido de violencia que dejó a la comunidad atónita y temerosa. En el sector de Villamarina, una camioneta roja se convirtió en el blanco de una lluvia de balas, desatando el caos y el miedo en las calles de la ciudad costera.
El rumor de disparos resonó en el aire nocturno, rompiendo la serenidad habitual de la zona. Testigos presenciales relatan cómo varias personas, a bordo de la camioneta, se vieron sorprendidas por el violento ataque, sin tiempo para reaccionar ante la embestida armada que los alcanzó de manera implacable.
La presencia del Plan Fénix, desplegado en respuesta a la emergencia, evidencia la gravedad del suceso. Las autoridades policiales se movilizaron rápidamente hacia el lugar de los hechos, determinadas a esclarecer los detalles de lo que parecía ser un intento de homicidio premeditado.
Según versiones preliminares, el objetivo del ataque era el dueño de una reconocida fábrica local. Sin embargo, hasta el momento, no se han reportado víctimas mortales, lo que suscita una mezcla de alivio y desconcierto entre los residentes de Manta.
En medio del desconcierto y la incertidumbre, la comunidad se encuentra en estado de alerta, consciente de que la violencia puede irrumpir en cualquier momento, en cualquier lugar. Mientras tanto, las autoridades continúan con sus investigaciones, determinadas a llevar ante la justicia a los responsables de este acto de barbarie que ha sacudido a la ciudad costera de Manta.
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