En un acto de hartazgo frente a la creciente ola de delincuencia que azota a Tosagua, en la provincia de Manabí, la ciudadanía tomó medidas drásticas para hacer frente a la inseguridad que les aqueja. Hartos del abandono por parte de las autoridades y el gobierno, un grupo de personas decidió tomar la justicia en sus propias manos.
La gota que colmó el vaso fue la captura de un presunto delincuente que tenía en su posesión varias prendas de vestir robadas de un local de ropa en la localidad. Ante la falta de respuesta y protección por parte de las autoridades, la indignación de la comunidad se desbordó y decidieron actuar.
Sin dar lugar a la impunidad, la ciudadanía, enardecida por la situación de inseguridad que enfrentan a diario, aplicó lo que denominaron su "respectivo escarmiento" al presunto delincuente. Esta acción, conocida como "paloterapia", se convirtió en un acto simbólico de resistencia contra la delincuencia y la impunidad que ha permeado la vida cotidiana de Tosagua.
Esta demostración de descontento refleja la profunda frustración y desesperación de una comunidad que se siente abandonada y desamparada por las instituciones encargadas de velar por su seguridad. Mientras tanto, el debate sobre cómo abordar eficazmente el problema de la delincuencia en la región continúa, mientras Tosagua se enfrenta a la cruda realidad de la falta de protección y justicia.
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